Humanidad.
Resulta curioso comparar tu vida con la de tus propios amigos y darte
cuenta de que realmente no hay demasiadas cosas que tengas en común con
ninguno , y que aún a pesar de eso, te pareces en un 99% a cualquiera de
ellos. Esa diferencia es una especie de marca de nacimiento que cada
uno lleva con más o menos resignación, pero que no acaba de tener ningun
fin conocido y que no marca ninguna frontera significativa.
Así que si uno se pone a pensarlo acaba dandose cuenta de que la Humanidad al completo no es más que un bloque informe de individuos moldeados según el mismo patrón y con pequeñas diferencias locales y practicamente imperceptibles. Diferencias, que a pesar de su pequeñez nos llevan a embarcarnos en amargas discusiones, batallas o guerras. Diferencias que empujan al hombre a pelear y a matar.
La idea de Dios es tan solo una de esas pequeñas diferencias apenas perceptibles. Hitler y Einstein solo separados por un destello de electricidad en cada uno de sus cerebros. Lo mejor y lo peor conviviendo en ruido infinito.
Pero aquí seguimos, embarcados en nuestra búsqueda de un mundo mejor, que posiblemente no es muy diferente del peor de los mundos.
Así que si uno se pone a pensarlo acaba dandose cuenta de que la Humanidad al completo no es más que un bloque informe de individuos moldeados según el mismo patrón y con pequeñas diferencias locales y practicamente imperceptibles. Diferencias, que a pesar de su pequeñez nos llevan a embarcarnos en amargas discusiones, batallas o guerras. Diferencias que empujan al hombre a pelear y a matar.
La idea de Dios es tan solo una de esas pequeñas diferencias apenas perceptibles. Hitler y Einstein solo separados por un destello de electricidad en cada uno de sus cerebros. Lo mejor y lo peor conviviendo en ruido infinito.
Pero aquí seguimos, embarcados en nuestra búsqueda de un mundo mejor, que posiblemente no es muy diferente del peor de los mundos.
Comentarios
Publicar un comentario